HARLEY QUINN ALRNCN STYLEdavid
Harley Quinn, cuyo nombre real es Harleen Quinzel, fue introducida como la compañera y amante del Joker en la serie animada Batman: The Animated Series en 1992, y desde entonces ha evolucionado enormemente.
Antes de convertirse en Harley Quinn, Harleen Quinzel era una psiquiatra en el Asilo Arkham de Gotham City, donde conoció al Joker. A medida que trataba al príncipe payaso del crimen, se enamoró de él, lo que la llevó a ayudarlo a escapar y a transformarse en su fiel cómplice, adoptando su identidad como Harley Quinn. A lo largo de los años, Harley ha sido representada como una villana, una antiheroína y un personaje independiente que lucha por encontrar su propio camino lejos de la influencia tóxica del Joker.
Con el tiempo, Harley ha ganado popularidad y ha formado alianzas con otros personajes importantes de DC, como Poison Ivy y Catwoman. Es conocida por su personalidad caótica, su actitud despreocupada y su destreza en el combate. Harley Quinn ha pasado de ser una simple secuaz a convertirse en un personaje complejo, fuerte y autónomo dentro del universo de DC.
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Cuando te van a pedir un informe que todavía no tienes listo y tratas de desviar la atención hacia otros derroteros.
LAS CITAS DE CARMENCarmen siempre llevaba a sus citas al mismo parque, un lugar tranquilo y soleado: Me gusta mucho este sitio, tiene algo especial. Siempre vengo aquí, decía con una sonrisa que parecía demasiado ensayada.
Ese día, conoció a Peter. Joven, apuesto, inteligente... pero, sobre todo, perspicaz. Pasearon entre los árboles, charlando con naturalidad, hasta llegar a un banco. Carmen sonreía, encantadora, pero Peter notaba algo raro, algo que no encajaba en esa imagen perfecta. Era su sonrisa, esa sonrisa que nunca parecía cambiar. Había algo detrás de ella. Peter sabía leer las señales, y su intuición le gritaba que algo no estaba bien. Pero el magnetismo de Carmen lo mantenía allí, incapaz de marcharse.
“¿Por qué siempre vienes aquí?”, preguntó él, fingiendo ligereza pero con una inquietud creciente.
Carmen lo miró, sin pestañear. Esta vez no sonrió. No dijo nada.
Entonces, algo invisible lo empujó al suelo con violencia. Peter trató de levantarse, pero era como si manos invisibles, frías, lo sujetaran con una fuerza imposible. Su vista se clavó en Carmen, buscando respuestas. Ella solo lo observaba, inmóvil, serena. Su silencio era peor que cualquier grito.
Peter intentó pedir ayuda, pero su boca se llenó de una humedad cálida y pegajosa. Algo lo obligaba a abrirla más y más, mientras el aire se volvía denso. El pánico se apoderó de él, mientras a su alrededor, el parque seguía siendo soleado, tranquilo... y perfectamente normal para los demás.
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El slow motion del día.